Unos presupuestos basados en injusticias, a través de recortes, con una caída
brutal de la inversión, un ataque a los salarios y al trabajo en las AA.PP, y que sacrifican los
estímulos a la actividad económica y a la creación de empleo. Todo ello conllevará menor
consumo y menos recursos a la protección social y por desempleo.
Los Presupuestos Generales del Estado del 2013 se han elaborado exclusivamente con el único objetivo del
Gobierno de Rajoy: reducir el déficit del conjunto de las Administraciones Públicas hasta el 4,5% del PIB, frente al 6,3%
previsto para el cierre de 2012. Sin embargo, al olvidar las políticas de impulso de la actividad, no servirán para sacar a
España de la crisis ni para generar empleo, y por ello será difícil que logren incluso el cumplimiento del objetivo de
déficit.
Desde CCOO exigimos un cambio radical en la orientación de las políticas que se están llevando a a cabo
para enfrentar la crisis. Hay que dar prioridad a la reactivación económica y la creación de empleo; realizar mayores
inversiones en I+D+i y en educación, así como una apuesta por unos servicios públicos garantes de calidad y equidad. Exige
también que se refuercen las prestaciones por desempleo, que se garantice la revalorización de las pensiones y que se dé
prioridad a las personas y se reestablezcan las políticas sociales y el Estado de Bienestar.
Ante esta política de recortes debemos exigir al Gobierno
un cambio en su política económica y social, recogida en estos PGE. Más
crisis, más desempleo, menos protección social y menos servicios públicos es una ecuación funesta para la mayoría de
las personas de este país, de las que solo se salvan las élites económico-financieras, que se cobijan al resguardo de la
acción del Gobierno.
A todo esto, se une la aplicación de la reforma laboral en nuestro país, que impide el desarrollo de un
tejido productivo eficiente, incide en la devaluación salarial y en la precarización de las condiciones laborales, incentiva
y protege las conductas más negativas de la patronal, frente a las de la innovación y
desarrollo tecnológico a través de la reinversión del excedente.
Otro factor que dimensiona la agresividad de esta política antisocial y de los nuevos Presupuestos
Generales ha sido el aumento de la carga fiscal (IVA e IRPF) sobre las rentas medias y bajas, en general sobre la clase
trabajadora. La huelga general del día 14 debe mostrar y demostrar esta indignación social, debemos forzar el cambio del ciclo político con nuevas recetas y rechazando los recortes.
CLAVES DE LOS PRESUPUESTOS GENERALESRESTRICTIVOS Y LESIVOS:
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Menos fondos para el desempleo. El Gobierno espera que los recortes en protección por desempleo comiencen a notarse en 2013. Para el año que viene ha presupuestado un 6,3% menos que en 2012.
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El Estado tendrá menos funcionarios y los mismos altos cargos. La caída en el número de Servidores del Estado, en un contexto de recortes generalizados, no afecta, sin embargo al número de altos cargos, que se mantiene. Serán 455 en lugar de los 456 de 2012.
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Sanidad, la partida más afectada por las tijeras. Es la principal victima de los recortes anunciados. El presupuesto baja en un 22,6% respecto a 2012, frente a un descenso medio del presupuesto de 2013 para los ministerios del 8,9%.
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El dinero para alumnos con problemas, el más golpeado de Educación. El gasto educativo del Gobierno central se ha reducido casi en un tercio en los dos últimos años (31%). La peor parte de la bajada de 2012 a 2013 se la llevan los programas de educación compensatoria, destinada a los alumnos con dificultades: esta partida pierde un 68%.
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Los Ayuntamientos tendrán un 40% menos para atender a los pobres. Los recursos económicos que destina el Gobierno para financiar los servicios sociales que se ofrecen en los Ayuntamientos nunca han sido muchos, pero nunca se necesitaron tanto como ahora, al menos en las últimas décadas.
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La cooperación al desarrollo tendrá un 23% menos dotación. El Gobierno ya realizó un recorte del 46,7% en cooperación el año pasado. Mientras, aumenta en 2,86 millones de euros el presupuesto destinado a la acción exterior del Estado.
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La inversión en infraestructuras sufre un recorte del 15%. Las infraestructuras, que durante los años de bonanza fueron uno de los impulsares del crecimiento de la economía, no se salvan de la política de austeridad. El mayor recorte se centra en los ferrocarriles, un 26%, aunque también afecta a las carreteras, los puertos y los aeropuertos.
HAY que decir NO, BASTA
YA!. Y “ayudar” a los Gobiernos, empezando por el español, a que
utilicen sus márgenes de maniobra a favor de sus ciudadanos y no contra ellos
rectificando sus políticas injustas e ineficaces.
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