Hace unas semanas,
una conocida organización de consumidores publicó la clasificación que se
adjunta sobre “Satisfacción global con su banco”.
Un resultado como el que presenta BMN
es como para pedir perdón. Y eso queremos hacer, pedir perdón como empleados
del banco clasificado en último lugar (últimos como CajaGRANADA y sextos por la
cola como Caja Murcia, afortunadamente como Sa Nostra no aparecemos). Pedimos
perdón a la ciudadanía en general y a nuestros clientes en particular por
formar parte de un banco que tan poca satisfacción deja en las personas que han
confiado en nosotros. No podemos ignorar nuestra parte de responsabilidad en
esta lamentable clasificación.
Hecho este necesario ejercicio de
humildad, creemos indispensable que la otra parte responsable de esta imagen
debe asumir su culpa, y ésta no es otra sino la dirección.
Una dirección que con sus políticas de
Recursos Humanos ha causado una desmotivación en los trabajadores y
trabajadoras que nos provoca caer en el desánimo y eso lo ven los clientes.
Una dirección que nos obliga a
prolongar nuestras jornadas laborales (tardes, a veces noches, días de
suspensión, festivos), privándonos de la salutífera estancia con nuestras
familias, nuestras parejas e hijos.
Todo eso aderezado con las ya
tradicionales amenazas respecto de las plazas libres que quedan en los
programas de la última reestructuración (que por cierto se pactó porque parecía
que sobraba fuerza de trabajo, no para enviar a algunos al paro y que otros
tuvieran que hacer su trabajo gratis).
En resumen, vamos tristes al trabajo,
hay compañeros con ataques de ansiedad los domingos pensando en volver el lunes
a un lugar donde tus superiores te maltratan,… y ya vemos el resultado.
Pero asumiendo que dicho resultado sea
esta lamentable clasificación en satisfacción de los clientes, creemos que el
banco puede hacer algo para solucionarlo. El depauperado estado de ánimo de la
plantilla es fruto de la actitud de la dirección, si esta actitud cambia,
también cambiará la percepción que del trabajo tenemos ahora, y eso lo notará
la clientela, mejorando su satisfacción con nosotros. No hay que ser un lince:
- Definiendo claramente las tareas de cada puesto de responsabilidad y retribuyéndolo de acuerdo a los compromisos adquiridos.
- Haciendo respetar el horario y los límites entre la vida personal y laboral.
- Abandonando la amenaza y la extorsión como forma de relación con la plantilla.
- Mejorando la logística para evitar tener a una oficina hasta 15 días esperando a que les llegue el pedido de material o hasta una semana entera a que les vayan a reparar un dispensador.
- Procurando entornos de trabajo seguros y saludables, solucionando los problemas de humedad, malos olores, roedores,… que sufren varias oficinas.
- Agradeceríamos ver que estamos dirigidos por profesionales, no por “manostijeras”.
“El
trabajo más productivo es el que sale de las manos de un hombre contento”. Víctor Pauchet,
eminente cirujano francés (1869-1936).
También mejoraría la satisfacción de
los clientes si la política comercial fuese más respetuosa con sus expectativas
y que, por ejemplo, no se demorase hasta la eternidad la solución a algunas de
sus justas reclamaciones, como es cobrar los intereses de una IPF en la fecha
acordada, o devolverles una comisión percibida indebidamente.
Como trabajadores y trabajadoras no
podemos estar contentos con la percepción que de nuestro trabajo tiene la
clientela,
¿Alguien
en la dirección tomará nota de todo esto?
¡CCOO
así lo exige!
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