Desde
el lunes 19 de mayo se ha venido celebrando el juicio contra la anterior cúpula
de Caixa Penedès, acusada de administración desleal por la Fiscalía Especial
Contra la Corrupción y la Criminalidad Organizada, a partir de las
informaciones desveladas por la sección sindical de CCOO-BMN, por haberse
auto asignado unas escandalosas pensiones.
Los acusados, Ricard Pagès, exdirector
general, Santiago Abella, Manuel Troyano y Juan Caellas definieron durante la
vista esas millonarias indemnizaciones por prejubilación como “legales y necesarias para evitar una
discriminación con el resto de la plantilla” y las justificaron como un “premio por la dedicación de los directivos
para sacar una caja adelante”. El Fiscal, sin embargo, opinó de que esa
conducta fue lesiva, no sólo para la entidad que administraban, sino para el
conjunto de la sociedad, toda vez que el grupo en el que se integró Caixa
Penedès (BMN) precisó de la intervención y aporte económico del FROB.
Desde CCOO nos permitimos añadir que
esa irresponsable codicia ha contribuido a que en nuestra empresa haya habido despidos
y suspensiones de contrato, con el consiguiente gasto para el SEPE, bajadas de
sueldo, traslados o externalizaciones.
Ricardo Pages, Juan Caellas, Manuel Troyano y Santiago José Abella
(i-d), los cuatro exdirectivos de Caixa Penedès juzgados.
El jueves pasado se supo que después
de devolver su “mordida”, cabizbajos y para evitar su entrada en prisión,
admitieron ante la Audiencia, su culpabilidad.
Pagès tenía
asignado un retiro de 11,6 millones, mientras que Manuel Troyano, que había
empezado en la caja a los 15 años como botones y llegó a director general
adjunto en 2007, renunció a 6,1 millones. Santiago Abella, que también ocupó el
cargo de director general adjunto y se jubiló en 2007 ente el aplauso de sus
compañeros, —como él mismo se encargó de reiterar durante el juicio— hizo lo
propio con los 5,7 millones percibidos. Juan Caellas, que sustituyó a Pagés al
frente de la dirección, renunció a 4,8 millones.
Aunque el
juez decidió considerar como atenuante su actitud, no les libró de toda clase
de reproches al avanzar el veredicto, que es firme: “Se
ha producido una actuación por su parte maliciosa, insidiosa... engañosa para
la sociedad.
CCOO reclama a la actual dirección de
BMN que ese importe recuperado no quede diluido en la cuenta de pérdidas y ganancias,
sino que esos “resultados extraordinarios” en argot contable, vayan y se
apliquen íntegra y exclusivamente a atenuar los efectos económicos del ERE.
¿Cuántas reducciones de jornada, cuántas suspensiones de contrato equivalen a
los 28,6 millones de euros ingresados ahora con esta sentencia? ¿Sigue siendo
necesaria la reducción salarial? ¿Seguirán
insistiendo con más bajas?
28,600.000 € ÷ 4.885 emplead@s* = 5.854,66 €
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