PARTICIPACIONES PREFERENTES:
LAS PRIORIDADES DEBEN  SER LA CLIENTELA Y LA  PLANTILLA
Desde COMFIA-CCOO exigimos que se adopten medidas urgentes para  garantizar seguridad y apoyo a las plantillas y, además,  soluciones  rápidas   para  los clientes afectados que permitan recuperar la reputación del sector,  sin perjuicio de depurar responsabilidades de gestores y  supervisores.
La imagen pública del sector financiero español sigue  deteriorándose. A la incapacidad demostrada por los supervisores y por las  cúpulas de las entidades para propiciar medidas que permitan la circulación del  crédito a familias y empresas, se ha venido a sumar ahora lo que ya es  peligrosamente conocido entre una parte importante de la opinión  pública  como   el  “corralito”  español:  las participaciones preferentes.
No cabe olvidar la responsabilidad de estos mismos supervisores  y gestores en la burbuja inmobiliaria identificada como una de las principales  causas de la crisis, la falta de legitimidad que los mismos han acumulado con  una política de retribuciones de directivos y consejeros que en más de un caso  ha superado lo socialmente repugnante y los planteamientos de recorte de  plantillas y destrucción de empleo en cada vez más entidades.

La situación es de sobra conocida: transmitiendo a sus  plantillas objetivos de comercialización bajo la premisa de que era un producto  fiable para ofrecerlo a los clientes, una gran parte de las entidades  financieras de este país han estado ofreciendo durante años instrumentos de  inversión complejos  y  poco  líquidos,  originalmente más  apropiados para  inversores cualificados, pero que han acabado por ser comercializados entre   la  clientela más tradicional. Durante años, no obstante, el producto no ha generado  problemas hasta que se modifican las condiciones del mercado secundario y se  fuerza a aflorar las minusvalías, generando una  situación que  produce  de   facto  la  inmovilización del ahorro de cientos de miles de familias. Se ofrece  como alternativa su canje en acciones y otros activos, en muchos casos, con  importantes descuentos. Y en el epicentro de todo ello, los bancarios y  bancarias, particularmente directores y directoras de oficinas, a los que toca  el difícil papel de dar explicaciones y soluciones a la clientela afectada.
Toda esta política, pasada y presente, se ha ejecutado sin que  los organismos supervisores (CNMV y Banco de España), que tienen la obligación  de regular y controlar el mercado financiero además de prevenir problemas de  esta magnitud, hayan sabido cumplir con la obligación que los ciudadanos le  tenemos encomendada. Ellos son los responsables directos, junto a muchos  gestores que han apostado por la comercialización masiva de estos productos.Esta  política socialmente irresponsable, ejecutada por unos y consentida por otros,  está teniendo importantes consecuencias para muchas entidades y sus  plantillas:
-  La lógica indignación de la ciudadanía y de la clientela se dirige, básicamente, contra las plantillas de estas entidades, contra los bancarios y bancarias (los únicos que dan la cara ante ellos) generándose situaciones de presión insostenible y de auténtico riesgo físico sin que tampoco se adopten las medidas exigibles de prevención y protección, como ya indicamos en nuestro anterior comunicado.
 -  Muchos clientes se sienten engañados, por lo que en no pocas entidades existe el riesgo cierto de presentación de demandas. No es descartable que puedan afectar en mayor o menor medida al empleado o empleada que comercializó el producto de buena fe, atendiendo las instrucciones recibidas de su entidad, en el marco de campañas comerciales agresivas y con intensa presión de objetivos.
 -  Se está lesionando gravemente la credibilidad y confianza de la población en el sector financiero español en su conjunto, asestando además un duro golpe al modelo de negocio minorista, basado en la cercanía y la confianza, en pro de una banca más especulativa centrada en el beneficio inmediato y que sólo piensa en el impacto que tiene en los balances a corto plazo.
 
Hacemos también un llamamiento general a los bancarios y  bancarias, particularmente a los que desempeñan su trabajo en la red, para que  la presión comercial y laboral que reciban, por muy intensa que sea, no les haga  dejar en un segundo plano su propia seguridad: hay que valorar los objetivos a  cumplir antes de tener que enfrentarse a una pérdida de confianza del cliente o  a problemas laborales más graves.
Marzo de 2012
Desde  COMFIA-CCOO entendemos que  la problemática es   del suficiente calado como  para  exigir que  se  adopten medidas urgentes  para:
-  Minimizar el impacto producido por las modificaciones en el mercado secundario de estos títulos, ofreciendo soluciones rápidas para los clientes afectados.
 -  Recuperar la confianza de la clientela y la reputación del sector, volviendo a poner en valor el negocio minorista.
 -  Ofrecer a las plantillas seguridad, protección y los recursos necesarios para prestar una adecuada atención a sus clientes, así como pleno apoyo y cobertura en las posibles demandas que pudieran interponerse contra la entidad y que pudieran afectar de cualquier forma a los bancarios y bancarias.
 -  Depurar responsabilidades de gestores y supervisores responsables de la situación, por acción los unos y por omisión los otros.
 
Para cualquier cuestión relacionada con éste u otros temas puedes dirigirte, como siempre, a los delegados y delegadas de COMFIA- CCOO en tu empresa, porque…..
…..no somos banqueros…..
…..somos bancarios y bancarias.
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